Muchas veces los padres caen en la tentación de intentar ser "amigos" de sus hijos, dejando de ejercer la autoridad que les corresponde. No entendamos autoridad con algo negativo, esta les ayuda a crecer, les transmite bienestar, tranquilidad y felicidad.
Los padres no deben delegar la totalidad de la educación en los maestros, porque, como sucede en algunos casos que no respetan a sus padres, tampoco lo harán con la figura del maestro.
La escuela ha de ser una compañera en el largo camino que suponde la educación, pero no una sustituta de la familia, ya que es en ella donde se fragua la mayoría de los valores esenciales para la vida del individuo.
Les dejo un enlace donde pueden obtener pistas sobre cómo hacer que los niños empiecen a respetar las normas en casa.
